Después de algunos meses en BsAs, tuve ganas de salir de la capital y además tuve ganas de ir a ver el océano atlántico desde América latina.

Tomé por primera vez un ómnibus de noche para ir a Mar del plata y fuí agradablemente sorprendida por la comodidad de los asientos de cuero que se mueven hasta la posición de una cama. Nada que ver con Eurolines. Soy del norte de Francia,  llegué a lo que me parecía ser la Ostende de Argentina.

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